martes, 20 de noviembre de 2012

REALIDAD:materia o espiritu

"La materia no se crea ni se destruye solo se transforma” reza la primera ley de la termodinámica que igualmente es el corolario de la interpretación materialista del mundo, es decir su síntesis filosófica. Su antítesis es el origen espiritual del mundo material. Espíritu = Dios, ecuación léxica fundamental de la tradición metafísica que ha guiado la conciencia del hombre por milenios, reflejando su imagen a través del espejo de su propia conciencia situada más allá de los cuerpos materiales.

El mundo material es un mundo autorregulado por la cosa existente en forma física, es una mezcla de realidad e irrealidad pues su presencia es relación pura, un logos histórico que echa un puente entre lo material y lo metafísico.
La filosofía del espíritu considera la cosa como inmaterial, donde tiene su propio logos de desarrollo, el espíritu es autónomo que en el caso de Hegel el espíritu se desarrolla hacia el infinito y en forma espiral cuya proyección en el mundo de la materia resulta de su desarrollo en forma pura, la historia del hombre y de todas las cosas son etapas alcanzadas por el espíritu, la cosa esta contenida en tal esfera del devenir histórico.
La materia es el reflejo de la idea es decir del espíritu en su totalidad imposible de ser domesticado por uno de sus especies como es el hombre. El mundo espiritual no es domesticable más bien el hombre es una especie doméstica de él, pues es creación de Él. La cosa es la totalidad del mundo, una cosificación de éste pero sin la intervención del hombre pues éste es una cosa de la totalidad, la sustentabilidad es un concepto que proviene del espíritu y torna relativo pues pertenece a Él.
El espíritu se codifico al grado de poder ser representado por figuras pictóricas y plásticas a manos de los artistas pasando a la etapa cultural iconoclasta donde la figura material adquiere tonalidades sacras en cuanto al aspecto de la religión se refiere.
El mundo espiritual se materializó sin lugar a dudas en el periodo de la contrarreforma. Desembocando en los procesos de la modernidad en que el mundo espiritual se convierte en el mundo material, donde la explicación de la cosa se opera a partir del comportamiento de los procesos materiales, el soplo divino se convierte en soplo vital que reivindica el vitalismo actual.

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